LITERACY CAMPAIGN of the minister [and poet] J. Torres Bodet

LA CAMPAÑA DE ALFABETISACIÓN del ministro Jaime Torres Bodet

Salvador Novo (1904-74)

LA CAMPAÑA DE ALFABETISACIÓN del ministro Jaime Torres Bodet
Exclamó la comunidat al escuchar la novedat: ¿Dejar de ser analfabet para leer a Torres Bodet? ¡Qué atrocidat!
LITERACY CAMPAIGN of the minister [and poet] J. Torres Bodet
Said the community Hearing the news of it – Mayn’t we be quaintly illiterate yet? What a calamity Learning the alphabet All for the poems of Torres Bodet!

Translation: Copyright © Timothy Adès

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Complex

Complejo

Alfonso Reyes (1889-1959)

Complejo
Amigos, dondequiera que voy me sigue un oso, Un oso que se ve con el rabo del ojo. Ni soporta ser visto de frente, ni lo puedo descubrir cuando quiero mirado en el espejo. No se oyen sus pasos, porque van con los míos. Es como una amenaza constante: es un testigo. Nada busca; pero me tiene medio loco saber que dondequiera que voy me sigue un oso.
Complex
My friends, no matter where I go I’m followed by a bear. He’s only glimpsed obliquely by a sneaky sidelong glance, He won’t permit a frontal view, he has no tolerance; I may seek him in the mirror, but I never see him there. I cannot hear his footsteps: when I tread, he’s treading too: A constant threat, a witness to whatever I may do. He isn’t after anything; it fairly spooks me, though, To know I’m followed by a bear, no matter where I go.

Translation: Copyright © Timothy Adès

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Memories of the Circus

Recuerdos del Circo

Ramón López Velarde (1888-1921)

López Velarde, born in Zacatecas, wrote 'La suave patria', the national poem of Mexico.
Recuerdos del Circo
Los circos trashumantes, de lamido perrillo enciclopédico y desacreditados elefantes, me enseñaron la cómica friolera y las magnas tragedias hilarantes. El aeronauta previo, colgado de los dedos de los pies, era un bravo cosmógrafo al revés que, si subía hasta asomarse al Polo Norte, o al Polo Sur, también tenía cuestiones personales con Eolo. Irrumpía el payaso como una estridencia ambigua, y era a un tiempo manicomio, niñez, golpe contuso, pesadilla y licencia. Amábanlo los niños porque salía de una bodega mágica de azúcares. Su faz sólo era trágica por dos lágrimas sendas de carmín. Su polvorosa apariencia toleraba tenerlo por muy limpio o por muy sucio, y un cónico bonete era la gloria inestable y procaz de su occipucio. El payaso tocaba a la amazona y la hallaba de almendra, a juzgar por la mímica fehaciente de toda su persona cuando llevaba el dedo temerario hasta la lengua cínica y glotona. Un día en que el payaso dio a probar su rastro de amazona al ejemplar señor Gobernador de aquel Estado, comprendí lo que es Poder Ejecutivo aturrullado. ¡Oh remoto payaso: en el umbral de mi infancia derecha y de mis virtudes recién nacidas yo no puedo tener una sospecha de amazonas y almendras prohibidas! Estas almendras raudas hechas de terciopelos y de trinos que no nos dejan ni tocar sus caudas... Los adioses baldíos a las augustas Evas redivivas que niegan la migaja, pero inculcan en nuestra sangre briosa una patética mendicidad de almendras fugitivas... Había una menuda cuadrumana de enagüilla de céfiro que, cabalgando por el redondel con azoros de humana, vencía los obstáculos de inquina y los aviesos aros de papel. Y cuando a la erudita cavilación de Darwin se le montaba la enagüilla obscena, la avisada monita se quedaba serena. como ante un espejismo, despreocupada lastimosamente de su desmantelado transformismo. La niña Bell cantaba: «Soy la paloma errante»; y de botellas y de cascabeles surtía un abundante surtidor de sonidos acuáticos, para la sed acuática de papás aburridos, nodriza inverecunda y prole gemebunda. ¡Oh memoria del circo! Tú te vas adelgazando en el frecuente síncope del latón sin compás; en la apesadumbrada somnolencia del gas; en el talento necio del domador aquel que molestaba a los leones hartos, y en el viudo oscilar del trapecio...
Memories of the Circus
Travelling circuses, with the dainty little dog’s encyclopaedic brilliance discrediting the elephants, taught me trivial comedies, laughable super-catastrophes. On came the aeronaut first, hanging on by the skin of his toes, daring explorer in reverse; whether or not he glimpsed the poles, north or south, he had personal scores, God of the Winds, to settle, of yours. In burst the clown, like a loud and dubious noise, bump and bruise, infancy, lunacy, all nightmare and naughtiness. How he was loved by the kids for coming out of a magic candy-pot: just his face was tragic, cochineal tear this side and that. Powdered thick, he could either be thought Of as spick and span, or as caked in smut; His glory was a conical hat, precarious, pert, on his occiput. The clown touched the bearded lady and found she was all of sugared almond, to judge from the lifelike mime of the whole of his frame, when he raised his audacious fingertip to his cynical gluttonous tongue. The day the clown presented a sniff of the bearded lady to be savoured by the Honourable Governor of the State, that was the day I discovered Executive Power disconcerted. You faraway clown of my early days, my virtues pristine, so carefully raised: I couldn’t be tarred with any suspicion of almonds and bearded ladies forbidden! These sugared almonds, dashing, in velvet and frills, we’re not to touch the hem of their train. The futile goodbyes to each idolised Eve revived, who denies us so much as a crumb, but who dins into our spirited blood a cringing, a cadging of almonds, not to be had… A four-handed creature in frou-frou and zephyr came galloping into the ring, in fear, as if human, and mastered the nasty obstacle-course and the awkward paper hoops. And when to the learned demurring of Darwin they dressed her, obscene, in the frou-frou, the wise little monkey kept calm as if faced with a trick in the glass, resigned to the dismal transformation. “I’m the wandering dove,” warbled little Miss Bell: and from bottles and bells gushed a tumbling fountain of watery sounds for the watery thirst of weary papas, the flighty nurse and the querulous child. O circus memory, fading away in the unrhythmical clashing of brass, the heavy drowsiness of the gas; the stupid skill of that lion-tamer who used to tease the well-stuffed beasts, and the vacantly swinging trapeze…

Translation: Copyright © Timothy Adès

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The Amazing Ballad of the Human Fly

El asombroso corrido del hombre mosca

Poet Unknown
El asombroso corrido del hombre mosca
Señores voy a contarles un corrido furibundo, de los que espantan al mundo porque son fenomenales. México, que es capital, lleno de asombro quedó, del acto que presenció porque fue fenomenal. Nunca en los siglos pasados se vio acto tan culminante, porque esto sí es deslumbrante no son papeles mojados. El Hombre Mosca ha causado de todos la admiración; su acto es de gran sensación pues lo deja a uno pasmado. Figuraos, la multitud bajo el sol desesperada por eso sí preparada sin tener ya ni quietud. Por fin, que suena la hora: ¡qué cosa más admirable! sube el Hombre sin un cable cual la mosca voladora. Hacia la torre derecha al Hombre se ve subir; imposible me es decir una cosa tan bien hecha. Cual una mosca que anda tranquila sobre un pastel, así mismo sube él (ilegible desde el original) demanda. ¡Qué arrogancia! ¡Qué maestría! esto es arte y es destreza el Hombre que con presteza sube en plena luz del día. Qué agilidad en su trepar: él no encuentra redundancia, y todo el mundo con ansia le contempla en su elevar. En el reloj dan las dos y él como una mosca errante, no hay duda, es un gigante que mucho le ayuda Dios. La multitud que es inmensa presta su contemplación; es digno de admiración y también de recompensa. Puedo probarles, señores, que más de un corazón late que el Mosca se desbarate y terminen sus funciones. Cuando ya en la elevación se abraza bien de la cruz, es que tiene buena luz para su contemplación. Y aún sigue lo admirable, este Hombre sí es un artista: ya en cruz, como una arista hace figura intachable. Queda con un pie parado sobre la cruz se ejercita: ¡Bah! Esto ya no es mosquita sino un hombre desalmado. En la cruz hace piruetas pero con mucho valor; allí se acabó el temor y abajo las bocas abiertas. A este hombre si por desgracia a caer fuera a una prisión, le serviría de diversión y ni por salir tendría ansia. De Mosca se acordaría en un rato muy bien dado; él estaba bien salvado con libertad y alegría. Y entonces todos burlados quedarían sin duda alguna; este Hombre es una fortuna todos estamos pasmados. La multitud sorprendida del acto tan sorprendente, se mostró benevolente con el que arriesga su vida. Toda la gente le daba dinero muy bien ganado; este Hombre sí ha triunfado, justo era lo que ganaba. Y si no lo quieren creer ved aquí el Hombre subir, aunque yo no sé mentir si sois de mi parecer. Y con ésta me despido ya con ganas de volar, hasta quisiera cantar otra vez este corrido.
The Amazing Ballad of the Human Fly
Sirs, here is a tale, a tale that is crazy, the world’s most amazing, they are phenomenal. Mexico, the capital, was a city astounded by the act they presented, it was phenomenal. Never did past ages see so overwhelming an act, truly flaming, and no sodden papers! The Human Fly gained complete admiration, his act, a sensation, left everyone stunned. Imagine the crowd in hot sun, despairing, alert and preparing, on tenterhooks, worried! The clock sounds the hour. The Man is a marvel, he climbs with no cable like a fly in mid–air. They see he has gone up that right–hand tower. It’s not in my power to describe how it’s done. He calmly ascends, as a fly might, who takes a walk on a cake: he meets the demands. What skill! what disdain! Such art and such mastery. The Man goes up speedily in the glare of the sun. A feat of agility with no room to spare! He climbs even higher, they watch with anxiety. Two o’clock. Who’ll deny that here is a giant, that God lends a hand to the wandering fly? The numberless crowd is in rapt contemplation: he’s earned admiration, deserves his reward. Sirs, you have my assurance that hearts pounding hard say the Fly must be crazed, they should halt his performance! At the uppermost station he embraces the cross: the bright sunlight pours on his contemplation. Well, this is remarkable, the Man’s a true artist, up there on that cross he’s of stone, irreproachable. He keeps one foot planted on the cross, bends and stretches: no fly, but a nerveless man of iron, undaunted, on a cross pirouetting, with wonderful valor: above, there’s no terror, below, mouths are gaping. If this man by misfortune should fall into prison, it would be a diversion, no problem escaping. He’d think of the Fly, the time would be short, he’d soon be restored to freedom and joy. There’s many he’d fool, and that’s beyond hazard: this Man’s to be treasured, we’re stunned, one and all. The crowd was amazed at the feat they had witnessed and showed itself generous for his life was at hazard. All those who were there gave him well–deserved money that he got by his glory, he earned fair and square. If you doubt me, come see: here’s the Man climbing high, though I can’t tell a lie if I think you’re like me. So I leave you, farewell, because I must fly, till once again I come singing this tale.
Published in Agenda, 48/3–4, November 2014. Beautifully recited by Lucy Tregear at the evening of Mexican poetry and music, British Museum, February 2010. Broadsheet : http://museoblaisten.com/en/Obra/7763/Asombroso-Hombre-Mosca. But the artwork is not by JG Posada - he died in 1911 ! Full report: https://revistacuartoscuro.com/el-hombre-mosca/ Babe White: https://www.facebook.com/watch/?v=697608637114792

Translation: Copyright © Timothy Adès